Mantenemos el vino son sus lías más finas en depósito y el 19 de noviembre de 2018 rellenamos cuatro barricas de roble francés. En estos recipientes tuvo lugar la fermentación maloláctica en primavera de 2019, tras la cual se realiza un trasiego.
Elegimos este terroir porque buscamos un concepto más fresco y equilibrado de los vinos en Ribera del Duero. Entendemos que con esta altitud, y vendimiando en un correcto estado de madurez, podemos conseguir un tanino bien maduro y amable, pero preservando la acidez y sin sobre-extracciones o excesiva concentración.